Zapatos
Comprar el primer par de zapatos del bebé solía ser un acontecimiento importante. La familia entera iba a la tienda y un experto dependiente de uniforme blanco les daba sabios consejos sobre la elección de los zapatos perfectos. Sacaba del estante un par con buen soporte en el tobillo y cuando Jimmy salía de la tienda, se veía más adorable todavía que cuando entró, tratando de mover las piernas en sus nuevas botitas tiesas.
Los tiempos cambian. Hoy en día se sabe que si los zapatos son demasiado rígidos, interfieren en la manera natural de caminar del niño. La única función del calzado a una temprana edad debe ser proteger los pies de objetos filosos, del frío y del calor; pero lo mejor es andar descalzo, ya que incrementa el contacto con el suelo, mejorando el equilibrio. Por lo tanto, los zapatos ideales son los más suaves, que no interfieren en dicho contacto.
Como Jimmy tiene los tendones flexibles, no se sorprenda si ve que inclina un poco el tobillo, lo mismo hacia la derecha que hacia la izquierda. Eso se corrige por sí mismo cuando se fortalecen los músculos del tobillo. Los zapatos rígidos con amplio soporte en el tobillo no ayudan, ya que retrasan el fortalecimiento de los músculos.