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Problemas de la Lactancia

Tal como se explica en la sección sobre lactancia esta casi nunca presenta problemas; se vencen los pequeños obstáculos del principio y termina siendo algo placentero para madre e hijo. A continuación doy una guía breve de los problemas comunes de la lactancia, por si se presenta alguna complicación.

Congestión mamaria
Puede ocurrir más o menos al cuarto día, cuando los senos parecen balones y se sienten duros como piedras porque la producción de leche sobrepasa la demanda. Es un problema que se convierte en un círculo vicioso porque cuando la areola se expande, a Lucy le cuesta más trabajo prenderse del pezón y toma menos leche; y eso a su vez causa una mayor congestión.

La causa puede ser despertar al niño para lactar a intervalos fijos, lo cual interfiere con su horario natural. También puede ser estrés o cansancio, que impiden que baje la leche que produce.

Si le da congestión mamaria, dese un masaje en los senos con agua tibia bajo la ducha o póngase compresas tibias antes de amamantar. Extráigase con la mano la cantidad de leche suficiente para que los senos recuperen su suavidad natural. (No use el extractor, ya que le hará producir más.) Trate de relajarse. Sé que es muy fácil decirlo, pero es que estar demasiado tensa dificulta el flujo de leche y le impedirá aliviar la congestión. Cuando ocurre, casi nunca dura más de un par de días.

Dificultad para prenderse al pezón
Si Lucy tiene dificultad para agarrar el pezón, eso les causa frustración a las dos, y mientras más tensa usted se ponga, menos ella va a poder. A veces la culpa la tiene dar el biberón demasiado pronto, ya que Lucy no entiende por qué de repente tiene que mamar de un pezón humano, que es relativamente difícil, después de haber probado uno tan dócil de goma.

Sea cual sea la razón por la que hayan empezado las dificultades, porque Lucy ya se ha adaptado al biberón o porque le cuesta trabajo agarrar el pezón, es fácil enseñarla. Deje que se esfuerce un poquito. Cada vez que parezca que tiene hambre, ofrézcale el pecho por lo menos quince o veinte minutos, aunque le cueste trabajo. Si se pone completamente histérica, cálmela y trate otra vez. Al principio no debe esperar que haga más que unos pocos intentos de mamar. Tenga paciencia y sea perseverante. Será más fácil la próxima vez, enseguida que entienda lo que tiene que hacer; esos primeros sorbitos irán siendo más y más. Después que lacte quince o veinte minutos de cada seno, ofrézcale un biberón de leche materna que se haya extraído o de fórmula, si extraerse la leche le resulta muy incómodo. Deje que tome toda la quiera después, lo mismo nada que varias onzas. No tiene sentido dejar que pase hambre.

Hay dos razones para suplementar el pecho. En primer lugar, para saciarle la sed a Lucy y en segundo, para tener la seguridad de que no tiene hambre. Eso le dará una mayor confianza para dar el pecho. Cuando ella se vaya acostumbrando al pecho y las dos se sientan más seguras, disminuya la cantidad de biberones suplementarios diarios. En una semana podrán depender exclusivamente del pecho.

Lactancia excesiva
Esta situación puede presentarse después de una o dos semanas del nacimiento y consiste en que Lucy lacta constantemente durante períodos muy cortos. Lacta un momento, duerme un poco, vuelve a lactar cuando se despierta, vuelve a dormir y así sucesivamente. Aunque es normal que ocurran varios ciclos así, si lacta todo el día usted acabará agotada. Puede romper el círculo vicioso haciendo a Lucy esperar por lo menos dos horas para lactar (contando de principio a fin), incluso si eso significa pasearla en el coche dos horas. Va a tener que soportarle un poco de majadería, pero vale la pena. La próxima vez que lacte, va a tener más hambre, va a lactar más tiempo y a dormir más, y eso las hará feliz a las dos.

Grietas y rajaduras
Si Lucy ha tenido mucho apetito, puede que a usted se le agrieten o rajen los pezones. Si es un dolor soportable, siga dando el pecho. Esas grietas sanan rápido y si para de lactar, la congestión de los senos retrasará la curación. Las grietas a veces sangran un poco y eso parece un problema horrible: ¡un bebé que escupe leche sanguinolenta! En realidad no es un problema, al menos para el niño. No existe una cura milagrosa. Ventilar los senos y untarse alguna pomada, como lanolina, alivia después de dar el pecho y las grietas sanan solas en cuestión de una semana.

Infección de las mamas
Una grieta puede infectarse, incluso si es tan pequeña que no se ve ni se siente. Los síntomas de infección son punzadas de dolor, inflamación, enrojecimiento y a veces fiebre. Se trata con antibióticos que puedan tomarse durante la lactancia. Si le sucede a usted, debe seguir dando el pecho, a no ser que el dolor sea insoportable.

Dolor intenso
En los primeros días de lactancia es de esperar que duelan los pezones. Normalmente el dolor dura una semana, pero a algunas madres les da un dolor fuerte y les dura más. Aunque haya leído en alguna parte que es por falta de técnica o por la incapacidad del niño de mamar correctamente, no es cierto. Puede que usted tenga los pezones sensibles o que usted y su hijo hayan acoplado tan bien que le da el pecho constantemente. Si el dolor es demasiado fuerte para amamantar con eficiencia, tómese un receso parcial o total y, mientras tanto, extráigase la leche para que siga produciendo. Durante el receso, dele a Lucy el biberón con leche materna o fórmula, lo que le sea más práctico. Tan pronto le sea soportable volverle a dar el pecho, hágalo, aunque ella se resista un poco (ver arriba). A veces el dolor dura más de algunas semanas y vuelve al cabo de unos meses.

Algunas de las causas son las siguientes:

  • Un conducto lactífero obstruido puede causar un dolor punzante en un lugar específico sin inflamación aparente. Se quita solo en un par de días.
  • Infección en las mamas (ver arriba).
  • Una irritación fúngica. Si el problema está causado por un hongo, el pezón se enrojece e irrita, pero no hay inflamación, y no hay irritación en la areola. También podrían verse señales de una infección fúngica llamada muguet en la boca del bebé, que produce la aparición de placas blanquecinas en la parte de adentro de las mejillas y en los lados de la lengua (ver arriba).

Póngase en los pezones una crema fungicida, como Lotrimin, cada vez que termine de dar el pecho, y si Lucy también tiene el hongo, el médico le recetará una suspensión oral fungicida, como Nystatin. Ingerir los residuos de crema de sus senos no le hará daño. Si la infección suya es resistente al tratamiento externo, el médico le mandará un fungicida por vía oral, que pueda tomar en la lactancia sin hacerle daño a Lucy.

El diagnóstico de irritación fúngica se hace muy a menudo con demasiada ligereza debido a que el dolor en los senos es un problema frustrante. Si el dolor no se quita con un tratamiento fungicida que era innecesario, la madre sentirá más frustración aún. Tenga presente que si no hay


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