Adenoides
Las adenoides son glándulas que se hallan detrás de la nariz. (No pierda el tiempo buscándolas: no se ven sin un equipo especial.) Junto con las amígdalas (que sí se ven en la parte de atrás de la garganta), las adenoides atrapan los microbios que respiramos. A veces esas glándulas hacen más daño que bien. Se agrandan, obstruyendo las vías respiratorias y creando un ambiente propicio para el fomento de virus y bacterias.
El agrandamiento de las adenoides ocurre sobre todo en los niños y puede tener las siguientes consecuencias:
- Dificultad al respirar por la nariz, voz gangosa o ronquidos, los cuales no son problemas graves.
- Resfriados duraderos: algunos niños parece que siempre tienen catarro en la nariz.
- Infecciones frecuentes de oído: los microbios ascienden desde las adenoides por la trompa deEustaquio y causan infección en el oído medio, u otitis media [Ver: Infecciones de oído].
- Las infecciones frecuentes de oído pueden producir una acumulación de líquido en el oído medio y causar la pérdida temporal de la audición.
- Apnea del sueño, un trastorno debido al cual la respiración del niño se interrumpe más de cinco segundos (una eternidad para cualquier padre) varias veces durante la noche. Esas pausas pueden debilitar el corazón, ya que tiene que bombear con más fuerza la sangre a fin de producir el oxígeno requerido por el cuerpo. [Ver: Ronquidos y Apnea del sueño].
Antes a casi todos los niños les sacaban las adenoides al primer estornudo. Hoy en día existe una postura más conservadora. Lo más probable es que las adenoides agrandadas se recojan con la edad; por lo tanto, los catarros frecuentes y los ronquidos no justifican por sí solos la operación. Por otra parte, si el niño tiene una apnea del sueño pronunciada o una pérdida considerable de la audición debido a las infecciones frecuentes de oído, probablemente se recomiende la operación, aunque casi nunca antes de los cuatro años. La operación de las adenoides es una cirugía ambulatoria sencilla, de rápida recuperación y complicaciones extremadamente poco frecuentes. Cuando se operan también las amígdalas, el riesgo de complicaciones posoperatorias y malestar es ligeramente mayor [Ver: Amígdalas]. La operación de las adenoides reduce sustancialmente la apnea del sueño. También disminuye de forma considerable la frecuencia de las infecciones de oído, sobre todo si se colocan tubos auditivos simultáneamente. No obstante, puede que las infecciones de oído no dejen de ocurrir del todo.
Hay médicos que recetan antibióticos para tratar de evitar la cirugía. En teoría es una idea noble, pero en la práctica no da mucho resultado. Los aerosoles nasales de esteroides son otro de los tratamientos preferidos. Ambos sirven para ganar un poco tiempo, pero no eliminan la necesidad de operación.
Después de operadas, pueden volver a crecer al cabo de unos meses o de unos años. Sin embargo, cuando esto sucede, ya el niño es más grande, tiene una cavidad nasal mayor y más resistencia a las infecciones.