Fórmula
La fórmula llegó a considerarse más sana que la leche materna; pero en la actualidad se considera una opción de segunda clase. Ninguna de las dos valoraciones es justa. La fórmula es una buena alternativa. Si piensa dársela a su bebé, sea como única fuente de nutrición o en combinación con la leche materna, tenga en cuenta lo siguiente.
Todos los tipos de fórmula contienen los mismos nutrientes básicos, exactamente en la misma proporción, no por casualidad sino por ley. De hecho, para que a una sustancia pueda dársele el nombre de fórmula, debe cumplir con los estrictos requisitos de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA por sus siglas en inglés), que consisten en reproducir las mismas cantidades de grasa, azúcar, proteína, vitaminas y otros elementos presentes naturalmente en la leche materna. La cantidad de hierro de la fórmula varía [Ver: Hierro]. La proteína de la fórmula proviene de diversas fuentes, generalmente de la leche de vaca, de soya o de leche sin lactosa, pero todas proporcionan la misma nutrición.
La fórmula se vende en polvo o como líquido reconstituido. Esta es una versión más cara de la primera, diluida con agua esterilizada y envasada en una lata. Si va a usar una fórmula en polvo, sencillamente prepárela siguiendo las instrucciones del envase usando agua de la llave, la cual en muchos estados le añade a la fórmula la cantidad adecuada de fluorure [Ver: Fluoruro]. En los países donde el agua potable no está contaminada y se puede tomar agua de la llave es innecesario hervir o filtrar el agua, ya que el agua potable no está contaminada en la mayoría de los lugares y, por lo tanto, se le puede dar a los niños de meses sin peligro.
Cada cierto tiempo los fabricantes de fórmula proclaman la adición de algún “superelemento”, por ejemplo, algún lípido. En el escrito al costado de la caja prácticamente afirman que el susodicho ingrediente mágico le garantizará a Lucy la entrada a una universidad élite. Ninguno de esos “superelementos” tiene beneficios comprobados, aparte de aumentar las ganancias del fabricante.
¿Por qué hay tantos tipos de fórmula?
No se deje confundir por la diversidad. Al igual que sucede con los detergentes, la variedad es mercadeo más que nada.
¿Cuál debo elegir?
Le recomiendo la más barata. Es tan buena como las demás y es más barata solo porque el fabricante trata de mantener bajo su costo.
¿Líquida o en polvo?
La fórmula en polvo es más práctica. Siga atentamente las instrucciones del envase; la concentración incorrecta puede resultar peligrosa para algunos recién nacidos.
¿Cómo sé si mi hijo es alérgico a una fórmula a base de leche?
Repito, la alergia —mejor dicho, la intolerancia— a la fórmula es mucho más rara de lo que se piensa. Los síntomas a que debe estar atenta son vómito o diarrea excesiva, poco aumento de peso y sangre en las heces fecales. En ese caso el médico le recomendará una fórmula sin lactosa. Tenga presente que es muy poco probable que el llanto sea un síntoma de alergia o intolerancia, igual que escupir e incluso vomitar; estos pudieran ser normales o a causa de un exceso de comida o de reflujo gastroesofágico.
¿Tengo que darle siempre la misma marca?
¡De ninguna manera! A los hospitales les dan incentivos muy lucrativos para que les den a las madres una muestra de fórmula de una marca específica, dando por sentado que van a seguir comprándola. Ejerza su libertad como consumidora y cambie de fórmula cada vez que quiera. En el caso extremo de que su bebé tenga una intolerancia comprobada a un tipo de fórmula (a base de soya o de leche de vaca), sus opciones estarán más limitadas, lógicamente.
¿Por qué la fórmula contiene tantos ingredientes químicos?
La fórmula contiene una sustancia natural sintetizada, pero todas las sustancias contienen ingredientes químicos. Si en la Administración de Alimentos y Fármacos se volvieran locos y les exigieran a las madres identificar el contenido de la leche materna, seguro que hallarían ingredientes químicos en ella también.
¿Existe alguna fórmula predigerida o antirreflujo para niños delicados de estómago?
La fórmula predigerida debe dárseles únicamente a los niños con problemas digestivos, como los que padecen algunos niños prematuros. Esos tipos de fórmula se dan sin justificación con mucha frecuencia, por ejemplo, porque el niño llora mucho. Es inútil porque no resuelven el problema. Lo único que consiguen es gastarle su dinero, ya que a veces cuestan hasta el doble, a pesar de que tienen el mismo contenido nutritivo.
Las fórmulas antirreflujo tienen menos razón de ser aan [Ver: Reflujo gastroesofágico]. Al igual que las predigeridas, tienden a usarse como pretexto por parte de padres y médicos para no investigar la verdadera causa del malestar del niño. Para mí, esos productos son una estafa. El reflujo es un problema “mecánico”, no digestivo, y ninguna fórmula especial surtirá efecto.
¿Cuánto dura fresca la fórmula en el biberón si el niño no se la toma toda?
Dos o tres horas… como mínimo. Si da el pecho, en la punta del pezón siempre queda un poco de leche que se echa a perder. Cuando da el pecho la próxima vez, esa es la primera leche que se toma el bebé y no le hace daño. Use el mismo razonamiento para determinar la frescura de la fórmula.
¿Cuánto tiempo debo darle fórmula a mi hijo?
Recomiendo cambiar de fórmula para leche a los diez meses, pues a esa edad ya pueden digerir la leche de vaca o de otro tipo. La fórmula para niños mayores de un año es un producto más de mercadeo: no tiene ninguna ventaja desde el punto de vista nutritivo a esa edad y es bastante cara.