Dentista

Si usted alimenta a su bebé de una forma relativamente sana, o sea, con alimentos bajos en derivados del azúcar, y si ha resistido la tentación de darle el pecho o el biberón durante la noche, saldrá sonriente de su primera consulta con el dentista. Jimmy accederá a abrir la boca a cambio de un par de gafas con mucha onda, algún muñequito, un par de calcomanías y una pelota de algo pegajoso que pueda lanzar contra la pared, y juntos contarán sus dientes uno a uno. El dentista se los revisará, limpiará y, si quiere, también le hará un tratamiento con fluoruro, que se supone que protege la dentadura de caries; ese tratamiento se paga aparte. Entonces se irá con más tesoros aún: un cepillo de dientes, una muestra de pasta dental infantil y un panfleto que habla de las monstruosas bacterias que atacarán los dientes de su hijo si se atreve a volverse a chupar un caramelo. Esa primera visita debe ser a los dos años aproximadamente; antes todavía estará dando el pecho de noche.