Costra Láctea
La costra láctea es el equivalente de la caspa en los niños de meses. Es un trastorno muy común que empieza alrededor de los dos meses de nacidos, alcanza su punto máximo a eso de los seis y luego desaparece poco a poco. Lo más molesto es el olor a aceite de oliva que se usa a veces para disimularla y también que puede echar a perder las lindas fotos del bebé. En su forma leve solo produce un poco de caspa. A veces parece una costra blanca gruesa que cubre todo el cuero cabelludo; de ahí se deriva su nombre.
La costra láctea se produce a causa de un proceso hormonal, no de una enfermedad. Aunque mejora sola, es bastante perseverante y a veces la caspa dura hasta los tres años (para ese entonces hay que buscarla para verla). Muchas madres lactantes piensan que puede ser su alimentación o las hormonas presentes en la leche materna lo que causa o exacerba la costra láctea, pero eso no es cierto. Los niños que tienen esa afección producen un exceso de cebo que se convierte en caspa.
Referente al tratamiento, el único efecto del aceite es que el cuero cabelludo se ve mejor unas horas porque humecta la caspa, pero no afecta la causa de la costra. Además, si su hijo tiene un cabello abundante, el estilo Elvis Presley no es una alternativa. Si le frota el cuero cabelludo con la mano o con un cepillo, se quita un poco de la caspa, pero al otro día vuelve a salir. En resumen, ya que la molestia que ocasiona es mínima y esos remedios no son muy eficaces, la mejor alternativa es dejar que tome su curso natural. Cuando tenga que darle una buena impresión a la abuela, claro está, póngale un poquito de aceite de bebé sin fragancia, para guardar las apariencias.