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Leche de Vaca

¿Por qué los niños de uno a dos años deben tomar leche de vaca? La respuesta es sencilla: ¿por qué no? Sabe bien y proporciona calorías, grasa, proteína, vitaminas y calcio. Además, como los niños a esa edad están acostumbrados a la leche materna o a la fórmula, suele gustarles la leche durante toda la niñez y a veces hasta cuando son adultos.

Sin embargo, la leche no es necesaria. Al contrario de lo que aconsejaban los pediatras antes, no existe un mínimo de leche requerido para los niños pequeños. Una dieta balanceada, sobre todo si incluye otros lácteos, contiene todos los nutrientes presentes en la leche. Por lo tanto, si a Jimmy no le gusta, no lo obligue a tomarla. Puede probar otras alternativas, como leche de cabra o leche de soya o de arroz enriquecidas, las cuales también tienen valor nutritivo.

Ya quedó resuelto el dilema de “muy poca leche”, ¿pero cuánto es demasiado? Algunos niños toman leche como si fuera a acabarse para siempre. La respuesta en este caso es fácil de deducir: si a pesar de toda la leche que toma el niño, aún tiene apetito para comer alimentos sólidos, no importa la cantidad de leche que tome. Por el contrario, si es majadero para comer y se llena con leche, como sustituto de la comida sólida, debe dársele menos leche para abrirle el apetito.

CREENCIAS SOBRE LA LECHE
  • “La leche da más mocos”: Esa arraigada creencia popular no tiene mucho sentido desde el punto de vista fisiológico, ya que la leche, al igual que todos los nutrientes, se digiere en el intestino, se fragmenta y pasa al flujo sanguíneo, no a la nariz. La idea equivocada de que da mocos se basa en el hecho de que la leche y el moco tienen la misma consistencia. La única razón por la que debe evitarse la leche durante una enfermedad viral es que puede ser un poco pesada para el estómago y dar vómito, sobre todo a los niños pequeños.
  • “La leche hace a los niños más propensos a las infecciones.” Esto puede ser un rezago de la era anterior a la pasteurización. Hoy en día no hay ninguna relación entre la leche y las infecciones.
  • “Si la madre toma leche durante la lactancia, el niño se pone majadero.” Aunque algunas madres juran que es verdad, carece de basamento científico. La leche materna se produce en las glándulas mamarias a partir de la sangre de la madre. Cuando llega al niño, la madre ya ha digerido la leche que haya tomado. Por lo tanto, no afectará al niño, incluso si tiene intolerancia a la lactosa.

Intolerancia a la leche

La intolerancia a la leche es la incapacidad de digerir la lactosa, un tipo de azúcar presente en la leche de vacua [Ver: Reacción a los alimentos]. Es un problema bastante común causado por la deficiencia de lactasa, la enzima que digiere la lactosa. En la mayoría de los casos se trata de una intolerancia parcial, o sea, el cuerpo puede digerir pequeñas cantidades de leche; pero un cantidad grande causa gas, diarrea y dolor de estómago. La intolerancia a la lactosa es más común en la población afroamericana y asiática. Los síntomas empiezan generalmente después del año y duran toda la vida; pero la persona intolerante normalmente aprende a evitar tomar mucha leche y a vivir libre de síntomas. Hasta ahora no existe tratamiento, aparte de tomar suplementos de lactasa o ingerir productos lácteos fortificados con lactasa.

Por el contrario de lo que haya oído, la intolerancia a la lactosa es extremadamente rara en los niños de meses. Para complicar más aún las cosas, el diagnóstico suele ser confuso en los niños que toman fórmula. Si a Lucy le da diarrea o tiene hilos de sangre en las heces fecales y se le quita cuando cambie para una fórmula sin leche, puede que incluso en ese caso no se trate de intolerancia, sino de inmadurez temporal del intestino. La intolerancia es menos probable aún si Lucy llora y tiene gases. Los niños chiquitos lloran y les dan gases con lactosa y sin ella. [Ver: Gases].

Los niños que toman el pecho es menos probable aún que muestren síntomas de intolerancia. La leche materna no contiene lactosa y sus nutrientes no cambian aunque la madre tome leche.

PREGUNTAS DE PADRES DE VERDAD
A mi niña le da diarrea cada vez que toma leche. ¿Qué debo hacer?
Le repito, puede que sea intolerancia o puede que no. Los niños pequeños a veces pasan por etapas en que tienen descomposición de estómago, a causa de una infección viral o por una razón que no se puede discernir. Deje de darle leche; si ve que se endurecen las heces fecales, vuelva a darle leche a ver si se descompone otra vez. Si nota que hay una relación entre ellos, debe darle menos leche o dejar de dársela del todo.

¿Cuándo debemos empezar a darle leche de vaca a mi hijo?
Aunque en la mayoría de los libros aconsejan empezar a los doce meses, pienso que si el niño está tomando fórmula, está bien empezar a darle leche de vaca a los ochos meses. A esa edad ya su pequeño estómago la tolera y es más barata que la fórmula. En el caso de los niños que toman leche materna, no hay razón para cambiar hasta que la madre decida parar de darle el pecho o disminuir la frecuencia.


¿Cómo se debe hacer el cambio para la leche de vaca?

Sencillamente elija un día y dele leche al niño. Puede ligarla con fórmula las primeras veces, pero por lo general no es necesario porque la leche tiene mejor sabor.

¿Qué hago si mi niño no muestra interés en la leche de vaca?
Puede darle otro tipo de leche (soya, arroz, cabra u otra) si lo desea o no darle leche. Le repito, la leche no es imprescindible.

¿Se debe dar leche descremada, baja en grasa o entera?
Según la sabiduría popular, se debe cambiar para la leche baja en grasa a los dos años. Esa regla era mucho más relevante antes que los niños tomaban muchísima leche. Hoy en día toman una cantidad más moderada y el alto contenido de grasa de la leche entera no es un problema tan grande; de hecho, es una buena fuente de calorías para los niños (no para los adultos). Si le preocupa la grasa, no se descuide de los verdaderos enemigos: la pizza, los perros calientes, las papitas fritas y la comida rápida.

A la leche se le ha dado muy mala publicidad en los últimos tiempos. Por varias generaciones el eminente Dr. Spock promocionó la importancia de la leche para el desarrollo óseo. Sin embargo, en las ediciones más recientes de sus libros la tilda de poco saludable, impura y causante de muchas enfermedades. El sector lácteo se ha esforzado por destacar de nuevo el papel vital de la leche en la alimentación, no solo de los niños sino de los adultos también. La verdad se halla en un punto intermedio. La leche no es una salvadora ni un mal disfrazado de bien y aunque sea una fuente aceptable de nutrición, no es buena para todo el mundo.


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